El mercado extranjero se ha convertido en el auténtico salvavidas del sector residencial malagueño, lastrado por la crisis y la caída de la construcción. Los no residentes son los que el pasado año sostuvieron la compraventa de viviendas, frente al estancamiento de las adquisiciones por parte de españoles. Así, los europeos han vuelto a poner sus miras en el mercado de la provincia y las operaciones realizadas por ellos aumentaron el pasado ejercicio un 12%, según adelantó esta semana en Fitur el presidente de la Asociación de Constructores y Promotores, José Prado.
En 2012 se registraron en Málaga 3.215 ventas de viviendas a residentes extranjeros y se constató el empuje de mercados europeos emergentes como el procedente de los países escandinavos y Rusia, que han encontrado en Málaga unas circunstancias ideales para establecer sus segundas residencias. No obstante, los británicos siguen quedándose con el 40% de las adquisiciones a no residentes, seguidos eso sí por los nórdicos, los rusos y los alemanes, que han sido desbancados al cuarto puesto. «Los británicos siguen confiando en la Costa del Sol, pero el mercado alemán es muy crítico», explica Prado, que resaltó que el comprador germano ha optado por zonas por el Algarve. «El problema de Málaga han sido casos como Malaya, nos ha hecho mucho daño la corrupción política y esa inseguridad jurídica ha hecho que se vayan a otro lado», lamentó el presidente de la ACP, que confío en que la iniciativa Living Costa del Sol, puesta en marcha de forma conjunta con el Patronato de Turismo, vuelva a atraer a los compradores.
Prado también hizo hincapié en el crecimiento de los compradores rusos, que adquirieron 250 inmuebles en la Costa el pasado año, pero que siguen teniendo más problemas debido a las dificultades para conseguir los visados de residencia. En ese sentido, se refirió al proyecto del Gobierno de reformar la ley de extranjería para que les sea más fácil obtener este documento. En España, en 2012 los rusos pidieron más de 870.000 visados.
Con el aumento de compras de estos mercados europeos emergentes, Prado se mostró convencido de que a lo largo de este año volverán a subir las ventas a no residentes, frente a unas previsiones que siguen siendo muy negativas para los compradores nacionales, según avanzó Prado, que anunció la creación de una comisión conjunta con la CEM y la Cámara de Comercio para buscar salidas al sector y pedir, entre otras cosas, a las administraciones que paguen sus deudas con las empresas.
Por su parte, el presidente de la Federación de Extranjeros de la Costa del Sol, Ricardo Sánchez Bocanegra, corrobora las buenas expectativas para este año, señalando a los rusos y los escandinavos –especialmente noruegos– como los que están animando el mercado, sobre todo en la zona de la corona de Marbella y Estepona. Las viviendas buscadas por este colectivo, principalmente chalés, son de gama alta y tienen un precio medio de 500.000 euros. Bocanegra, que atiende a este periódico precisamente durante un desplazamiento a Moscú, afirma que son cada vez más frecuentes las peticiones de permisos de residencia para poder pasar en estas segundas residencias periodos de hasta 6 o 7 meses al año.
El duro invierno de Rusia y los países nórdicos, con temperaturas que fácilmente bajan de los 10 grados bajo cero, son un acicate para estos compradores, en muchos casos empresarios que adquieren la vivienda para que su familia residan en Málaga mientras ellos viajan. Israelíes, colombianos y ecuatorianos de alto poder adquisitivo son otras nacionalidades que, según Bocanegra, están mostrando bastante interés por la Costa del Sol.
Más cauta se muestra Katarina Fukanova, eslovaca y asesora a extranjeros de Atalaya Financiera, que apunta que las expectativas de nuevas bajadas en el precio de la vivienda en España tienen a los interesados a la espera de acontecimientos. «En internet hay información que los precios de propiedades en la Costa del Sol siguen bajando y la gente que viene está esperando a comprar viviendas por casi nada. Sabemos que eso tampoco es así», apunta Fukanova, que destaca el buen comportamiento que está teniendo el segmento del alquiler, tanto en verano para los amantes de la playa como en invierno para los golfistas.
Alberto García Zafra, presidente de MLS Málaga –que agrupa a 16 inmobiliarias de la provincia– afirma que son varias las agencias de la asociación que han decidido este año ampliar sus comerciales para atender al cliente extranjero. En cuanto a los clientes se diferencian dos tipologías muy marcadas: el cliente que recurrentemente viene a veranear e intenta obtener pequeñas rebajas en los precios y el que se plantea la compra por los actuales. «Las palabras comunes a todos ellos cuando nos dicen lo que buscan son terrazas, solariums, orientación soleada y, especialmente, chollo un término del que saben perfectamente el significado. Eso está a la orden del día. Y quieren producto que sea propiedad de los bancos porque piensan que así les va a salir más económico». García Zafra alerta, eso sí, de que fuera de España existe la idea de que la vivienda está «a precio de saldo», lo que tampoco es un punto positivo para nuestro mercado. Según relata, los extranjeros demandan en general viviendas a partir de 120.000 euros y «han aprendido a regatear y a esperar porque saben si no es esa vivienda será cualquier otra». El responsable de MLS comenta que entre los extranjeros también está calando la fórmula del alquiler con opción a compra, una precaución con la que «dicen protegerse por si alguien les cuela un piso malo».
Los extranjeros repartidos por la Costa buscan, según Irene Álvarez, de Atalaya Financiera, viviendas cerca de zonas con servicios, no muy lejos del aeropuerto, con dos dormitorios y zonas comunes. Rusos, británicos, finlandeses en el caso de Fuengirola e incluso iraquíes vienen a la Costa occidental como inversores «para comprar para ellos y alquilar y que les rente». Luego están los golfistas (británicos y nórdicos), que vienen alquilados en invierno y primavera a pisos cerca de campos de golf o que compran en urbanizaciones que cuentan con campos propio. Los alemanes, por su parte, prefieren más el litoral este, Nerja y sus alrededores. En Innovacasa, de Rincón de la Victoria, constatan también un aumento «considerable» de franceses y belgas, rusos escandinavos y algún que otro holandés.
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