jueves, 21 de febrero de 2013

Rajoy retoma el Debate ´contento´ tras la intensa primera jornada

            El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, abandonó anoche el Congreso de los Diputados "contento" con su intervención y con las explicaciones que ha dado a los grupos parlamentarios. Así lo manifestó a los periodistas al terminar la primera jornada del intenso Debate sobre el estado de la Nación.
           La sesión en el Congreso se reanudará a las 9 de la mañana con la intervención del portavoz del PNV, Aitor Esteban, después de un maratoniano primer día que abrió con su discurso, ayer a mediodía, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
          Como un bálsamo esperaban los 'populares' la actuación de su líder después de semanas de convulsión y desconcierto y, por los rostros que tenían a la salida del Debate y los aplausos que le dedicaron, parece que han recuperado el estado de ánimo y el espíritu de lucha.
           Es un tópico que después de los debates del estado de la Nación todos se den por ganadores, pero en esta ocasión, en la que el PP llegaba algo cabizbajo, las medidas anunciadas por Rajoy contra la corrupción y para sacar a España de la crisis, les han llegado como un balón de oxígeno y un maná del cielo.
          Como no podía ser de otra manera, en la otra bancada los socialistas también alabaron con entusiasmo la intervención de su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, que ayer se estrenaba en este Debate como líder de la oposición.
          Un discurso "cercano", "a pie de calle" y con "alternativas", subrayaron los socialistas frente a las políticas económicas y antisociales de Rajoy, un presidente "noqueado" y "alejado de la realidad".
          Tanto gustó el discurso de Rubalcaba entre las filas del PSOE que incluso algún diputado del sector cercano a la exministra de Defensa Carme Chacón vio a Rajoy "bastante acorralado y sin alternativas".
          Diversos diputados de la bancada socialista resaltaron el discurso "muy sólido, serio y riguroso" que construyó Rubalcaba, hasta el punto de considerarlo como uno "de los más brillantes" del jefe de la oposición en lo que va de legislatura.
Crisis económica y corrupción
          Así que, una vez más y para no romper la tradición parlamentaria, este año también todos ganaron el debate y el "cara a cara" entre presidente del Gobierno y líder de la oposición. Un debate que giró sobre dos ejes principales: crisis económica y corrupción.
Rubalcaba, que ya había pedido la dimisión de Rajoy en sede parlamentaria, le volvió a invitar a dejar el Palacio de la Moncloa, convencido de que no puede seguir gobernando el país pendiente cada mañana de que el extesorero del PP Luis Bárcenas tenga "un ataque de sinceridad".
          Como era de esperar, Rajoy no hizo ningún caso a la oferta de Rubalcaba y ha vuelto repetir que piensa quedarse los cuatro años de su mandato.
          Es más, el presidente del Gobierno le afeó al líder socialista que pida "demasiadas dimisiones" y le recordó que tiene una "historia" pasada y que carece de autoridad moral para pedir cuentas por los casos de corrupción, sobre todo cuando el PP nunca ha sido condenado por financiación irregular y el PSOE sí.
           En este punto, Rubalcaba criticó que Rajoy se haya dedicado a hacer "oposición de la oposición" cuando el que viene a examinarse al Congreso en este debate es el Gobierno y no el PSOE.
          "Somos Teresa de Calcuta", ha ironizado Rubalcaba sobre su labor de oposición frente a la que tuvieron los 'populares' que fue "terrible".
           "Oposición responsable" que, sin embargo, no le impidió asegurar que las políticas del PP han sido "desastrosas" y han llevado al país a un estado "crítico" con un horizonte en el que sólo hay más "recesión, desempleo y desigualdad".
             El debate ha sido, en definitiva, un esperado "y tú más", con reproches previsibles -desde la herencia socialista hasta la gestión popular- y con algunas novedades, especialmente las medidas de impulso económico anunciadas por Rajoy, algunas de las cuales ya serán aprobadas el próximo viernes por el Consejo de Ministros.
             En las próximas semanas el presidente tendrá la oportunidad de demostrar si va a cumplir esa promesa que ha proclamado nada más subir a la tribuna: "ni un minuto de relajación o sosiego".

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