lunes, 7 de enero de 2013

Colectivos de vecinos y políticos piden cambios en la cabalgata de Reyes

Muchos malagueños llevaron juguetes, velas, flores y cartas al lugar de la tragedia.
          La tragedia provoca una triste unanimidad y siembra cada declaración de prudencia. El día posterior a la muerte de un pequeño de seis años durante la cabalgata de los Reyes Magos, atrapado bajo una carroza cuando iba a recoger caramelos, los responsables políticos y los vecinos son conscientes de la necesidad de repensar el evento, cambiarlo, sobre todo en lo relativo a la seguridad. El alcalde, Francisco de la Torre, recogió el guante lanzado por una asociación de consumidores y planteó la posibilidad de vallar el itinerario del cortejo.
          Pocos minutos después del funeral del niño, el alcalde, que comentó haber pasado uno de los peores días de su vida pública el 5 de enero, aseguró a los periodistas que la cabalgata cumplía todas las medidas de seguridad, aunque no se descarta la posibilidad de estudiar que se instalen vallas protectoras en el recorrido, como hacen otras ciudades.
          Ello evitaría que los niños pudieran abalanzarse a los bajos de las carrozas, enormes armatostes en lento pero pesado movimiento cuyo conductor sólo puede fiar a la destreza de los voluntarios la seguridad de que nada va a ocurrir. La unanimidad es general en cuanto a que la carroza que acabó con la vida de Miguel iba bien custodiada: doce voluntarios, dos miembros de Protección Civil y un Policía Local. De ahí que el regidor asegurara ayer que la cabalgata cumplía todas las medidas de seguridad.
          De la Torre afirmó que hoy se conocerá el avance del atestado policial que ultima la Policía Local, y se mandarán las primeras diligencias al juzgado. Lo más importante, afirmó el regidor, es acompañar a la familia.
          De hecho, el padre del chico, un conocido forense, fue el primero en auxiliarlo. Sus colegas sanitarios nada pudieron hacer por evitar la muerte de Miguel, que sufrió un fuerte traumatismo craneal y ayer fue incinerado. El suceso acaeció poco después de las 17.30 horas en la plaza del General Torrijos.
          La portavoz municipal del PSOE, María Gámez, que en una triste coincidencia ejerció como Rey Mago en la cabalgata de anteayer, pidió prudencia: «Esperemos, para sacar conclusiones, a tener el informe definitivo de lo ocurrido sobre la mesa y valorar si pudo evitarse». Y añadió: «Debemos repensar la cabalgata de conformidad con lo que ha pasado. Hemos de reflexionar sobre qué cambios son necesarios, ver qué se ha hecho en otras ciudades y aprender de su experiencia».
Vallado del recorrido
          En otras grandes urbes, que concitan a miles de personas en el recorrido, se valla el itinerario, de tal forma que son pajes a pie los que reparten caramelos. Así se evitan casos como el de Miguel, que se echó a los pies de una carroza y acabó engullido por semejante mole en movimiento. Lo de vallar el recorrido no le parece mal: «Tendremos que valorar el vallado, no excluirlo como posibilidad». Eso sí, Gámez hizo hincapié en esperar a los resultados del atestado, en acompañar a la familia y en reclamar tranquilidad.
         Toni Morillas, edil de IU, aseguró que se trató de un accidente, y dijo: «Habría que revisar la cabalgata y ver si hay que tomar medidas extraordinarias». Eludió, de cualquier forma, valorar qué decisiones habrían de tomarse. «Es un accidente y eso puede suceder aún con todas las medidas de seguridad que se tomen».
         Antonio Fuentes, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos Cívilis, argumentó: «Habrá que cambiar lo que sea necesario para que no se vuelva a repetir». «Hay que estudiar esto con detenimiento, pero las personas no se pueden acercar tanto a las carrozas. El vallado, en un recorrido largo, puede ser una solución, o incluso una cadena de seguridad humana que proteja a quienes quieran acercarse».
         Su colega de la Federación de Vecinos Solidaridad, Francisco Santos, se expresó en similares términos: «Si hay que vallar el recorrido, que se valle». Reclamó formación para los voluntarios que rodean las carrozas, y optó por reformular otros aspectos de la cabalgata.
         Ramón Carlos Morales, de la Federación de Vecinos Unidad, reconoció que la muerte del niño es «una desgracia que puede ocurrir en cualquier momento». «Hay que estudiar lo que pasó, y si se cree procedente para evitar más sucesos no habría ningún conveniente en que se vallara, pero voy más lejos: lo que hay que replantearse es la cabalgata en sí, con carrozas más pequeñitas, o el uso de vehículos pesados. Hay que abrir un debate y analizar el tema, huyendo de pescar en río revuelto, sin buscar culpables».

No hay comentarios:

Publicar un comentario